Normalmente, enero es uno de los meses en los que la zona de Níjar recibe muchas lluvias, pero este año el agua caída del cielo fue escasa. Las temperaturas fueron un poco más elevadas en comparación con la media, aun así disfrutamos de la estufa de leña instalada en nuestra nueva sala de meditación dos veces al día, durante nuestra meditación. El mes empezó con un retiro en silencio, con dos invitados en Nijar y muchos en Amonines y algunos participantes en línea desde casa. Andrée y Maria se unieron al retiro, mientras Melvin se ocupaba de las tareas diarias. Por supuesto, hubo ayuda silenciosa de los dos residentes y la semana de silencio fue una forma maravillosa de contemplar nuestra vida y nuestra forma de vivir.

Edwin regresó, y ya no lo consideramos como huésped. Se trajo a Danka con él en su viaje a Níjar, así que tanto el monasterio como el Asharum tienen ahora cortinas más adecuadas y algunos de nosotros tenemos ropa nueva 😉 Wabke, que se unió al retiro, se quedó todo el mes debido a las circunstancias ocurridas.
Andrée tuvo un accidente (literalmente, un resbalón) y acabó con dos muñecas rotas y una conmoción cerebral, así que Wabke se ofreció a quedarse un tiempo para ayudarnos a ocuparnos de todo. Le estamos muy agradecidos. Sin entrar en demasiados detalles, se está recuperando bien y todos son bienvenidos a enviarle un mensaje directamente o a través de nuestros canales principales.
Reina ayuda en la cocina ahora que Andrée no puede cocinar desde hace algunas semanas. Ya hemos disfrutado de un buen plato de pasta y ella volverá a cocinar la semana que viene. Hablando de buena comida, recibimos regularmente auténtica comida marroquí de nuestros encantadores vecinos Mustafa y Rachida y su familia. Algunos deliciosos domingos disfrutamos de dulces, que degustamos todos juntos en nuestra terraza, y esta semana nos han traído un plato de cuscús.

El jardín del Asharum Nijar: De vuelta a las raíces

Las patatas se cosecharon y, aunque no estábamos seguros de nuestro método de plantación, el rendimiento demostró que no cometimos errores catastróficos hace tres meses. Estamos disfrutando de nuestras patatas caseras varias veces por semana y las acompañamos con brécol o coliflor y ensalada del huerto. Los nuevos campos de patatas están casi terminados y esta vez hemos seguido el ejemplo de Human, que recopiló información sobre distintos sistemas y técnicas. Ahora plantamos las patatas en un lecho hundido, relleno de compost, paja y tierra. Menos labranza de la tierra y, con suerte, una mejor calidad del suelo después de la cosecha.

Con cada plantación y cosecha aprendemos a mejorar nuestra cosecha, por ejemplo las técnicas de plantación o dónde plantar qué. El clima aquí es bastante duro y, obviamente, algunas plantas necesitan cuidados más específicos que otras. La mayoría de las verduras crucíferas se dan bastante bien sin mucho esfuerzo. Como el mundo sigue girando en una dirección aparentemente inhumana, nuestro enfoque con el huerto está cambiando ligeramente de un huerto ecológico que nutre el alma y el espíritu, hacia un huerto que nutre nuestro cuerpo y nuestra mente. En otras palabras, nos centramos más en la producción de alimentos.

A las palmeras recién plantadas les está costando asentarse en esta zona abrupta a 400 metros sobre el nivel del mar, así que redujimos su aporte de agua, ya que no consumen mucha en este estado. Esperamos que con un poco de cariño y cuidados se adapten y se sientan pronto como en casa. Se han plantado algunas especies locales de árboles, entre ellas un Schinus molle, o como se dice en España; una falsa pimienta. Este árbol produce los conocidos granos de pimienta rosa, que, como su nombre indica, no son verdaderos granos de pimienta. Además, hemos encargado una última tanda de árboles para la temporada de plantación de este año, así que esperamos plantar un Ginko biloba, un nogal y un castaño el mes que viene. Y estamos intentando plantar más arbustos y plantas tapizantes para que el jardín sea más verde y retenga mejor la humedad.

Más construcciones y mejoras

La nueva plaza de aparcamiento y la entrada se han pavimentado con hormigón, y se le ha dado un toque final con una impresión de azulejos y una capa rojiza. Ahora parece una entrada de baldosas y el color es similar al de las baldosas que hemos utilizado en las escaleras y en las habitaciones. Tenemos que esperar una semana más (tres en total) para poder aparcar por fin nuestros coches dentro de las instalaciones. Esto supondrá un alivio para el pequeño aparcamiento que hay entre el Monasterio y el Asharum, que es el único de la zona.

Las grandes escaleras nuevas al final del jardín son una verdadera obra de arte y el gran triángulo blanco se integra perfectamente en el paisaje montañoso. Los próximos proyectos de construcción ya están planeados y quizá podamos mostrarles algunos avances en los próximos meses.