A menudo nos preguntan qué es el Monasterio y qué relación tiene con la vida en la Casa de Huéspedes.

La Pensión Monasterio de Níjar pretende ser un lugar donde explorar la naturaleza del Silencio en diferentes intensidades. Tanto para sus huéspedes como para sus residentes. De hecho, compartimos la vida en común, pero también forma parte de nuestra rutina diaria respetar la soledad y el silencio de los demás.

El silencio es mucho más que la ausencia de ruido. Como escribió recientemente Yoginâm: "Hay un silencio, un silencio que siempre ha sido, un silencio que inconscientemente conocemos". Este Silencio, en su permanencia, está siempre y ya ahí.

Sin embargo, es en el ruido de la vida donde la mayoría de la gente busca su individualidad. A menudo se evita el Silencio y permanece oculto por la charla continua, la música de fondo o el pensamiento continuo en un diálogo interior. Sin embargo, es en el Silencio donde nos acercamos a nuestra verdadera naturaleza. Es en el silencio donde podemos escuchar de verdad.

Tocado por el silencio
En la vida monástica Nâm, el silencio desempeña un papel central. Los monjes se han liberado de las exigencias, ataduras y programas de la vida ordinaria. Junto con Yoginâm llevan el esfuerzo espiritual puro. Con ello sirven a la Vida y continúan el antiguo camino místico. Esto crea una oportunidad única.

Hoy en día hacemos hincapié en la importancia de los bienes materiales y mentales y pasamos por alto el cultivo de una vida espiritual. Pero para vivir en armonía esta última es igualmente importante. Cultivar la tolerancia del Silencio es un paso necesario. Para ello la Pensión Monasterio de Níjar ofrece una puerta.

Entrar en la Casa de Huéspedes es como entrar en un reino diferente donde, en la puerta, se deja atrás el camino del mundo por un periodo corto o largo. Por supuesto, la vida continúa, pero las prioridades son distintas. Para los residentes, cuidar del jardín, los edificios, la casa y los huéspedes es una forma de cuidar de la vida misma. Para los huéspedes es la oportunidad de desviar su atención de las cosas que normalmente ocupan su mundo y dejar espacio para lo que hay más allá del yo habitual. Se dejan tocar por el Silencio, mientras el personal se ocupa de las necesidades prácticas.

Mientras tanto: los higos se recogen y secan en abundancia; la tierra se prepara para nuevos cultivos y se plantan plantones; los cítricos siguen su prometedor camino; se anuncia una rica cosecha de aceitunas; granadas, apeles y diferentes tipos de pimientos colorean el jardín; una tormenta de lluvia ha saciado inesperadamente la sed de la tierra y la ha decorado con los colores del arco iris y, por último, pero no por ello menos importante, las flores de jazmín vuelven a encantar nuestras tardes con su maravilloso aroma.